Economía del turismo cinematográfico
- PA
- 12 nov 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 dic 2020
La semana pasada ojeamos algunos de los resultados que el turismo cinematográfico y las film commissions generan. Hoy nos centraremos en cifras reales que hemos visto con la llegada de esta forma de viajar.
Nuevos caminos para el turismo cultural
Para comenzar, es importante señalar que a pesar del gran valor cultural que nuestro país oferta, solo atrae a un mínimo porcentaje de la cuota del mercado turístico y en el exterior poseen una imagen equivocada de la realidad turística en España
¿Cómo por ejemplo qué? A veces una imagen vale más que mil palabras…
Otro tema a valorar, ya defendido por Richards en Nuevos caminos para el turismo cultural, es que la visión de qué consideramos como cultura para viajar ha cambiado, es decir, antes se visitaban museos y monumentos achacados a la Alta Cultura. Sin embargo, cada vez se potencia más la cultura popular, es decir la gastronomía, el deporte o el sector audiovisual.
El turismo cinematográfico como fertilizante de la economía
En nuestro país, las cifras recogidas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo el potenciamiento de este tipo de turismo ha servido como fertilizante para las visitas en España.
¿Un ejemplo de esto?
Tripadvisor hace 4 años aseguró en un estudio que Campillo de Dueñas, (Guadalajara) que se googleó un 291% más que nunca o, por ejemplo el deseo de visitar el Castillo de Zafra al lado de la misma localidad, ha incrementado en un 488% al convertirse en parte del set de Juego de Tronos.

Fotograma de la producción audiovisual Juego de Tronos en la que se ve de fondo el Castillo de Zafra, o, como en la serie se conocen "La Torre de la Alegria".
Esta fiebre ya pareció desatarse en España anteriormente con Indiana Jones and the Last Crusade, donde Spielberg apostó por las localidades almerienses de Nijar y Tabernas, notaron tras el estreno del largometraje un auge en su turismo.
En el siguiente video podemos observar en vivo la filmación de la película en la provincia andaluza.
Un gran escaparate paisajístico
En nuestro país podemos identificar un gran escaparate paisajístico, desde desiertos y dunas a lagos y montañas. Esta variedad convierten a España en el candidato idílico para llevar a cabo rodajes audiovisuales, especialmente se observa una tendencia a recurrir a nuestras fortalezas, iglesias, pueblos medievales, etc. para la filmación de películas históricas o de ficción. Tal era el caso del film de Ridley Scott El Reino de los Cielos, donde podemos ver en pura esencia el Castillo de Loarre. Este film, fue rodado el dicha localización aprovechando la ocasión para promocionar la localidad oscense; incluso, llegó a barajarse la opción de que el largometraje se estrenara a nivel mundial en Huesca o, al menos la europea.

Fotograma de la película de Ridley Scott El Reino de los Cielos, donde se aprecia al fondo el Castillo de Loarre.
¿Qué impacto real tiene en España?
Estos casos concretos ejemplifican la gran diversidad de posibles escenarios de rodaje a los que nuestro país abre las puertas. No únicamente porque queramos presumir de ellos, sino porque económicamente se notan incentivos en el turismo por parte de los consumidores de determinados productos audiovisuales. Siendo más precisos, nuestro país presume de una cifra del 20% de incentivos fiscales generales para filmaciones audiovisuales extranjeras filmadas en nuestro territorio.
Este porcentaje ha sido defendido a capa y espada por la Spain Film Commission (SFC), la principal organización que busca posicionar el territorio español como destino de producciones audiovisuales. Además de ello, esta asociación colabora con otras 32 agrupaciones de este tipo repartidas por todo el país.
Los miembros de estas comisiones ofertan ventajas o servicios a coste cero para atraer a aquellos que estén dispuestos a rodar contenidos o fotografiar nuestras maravillosas localizaciones. De hecho, se ha confirmado que un 30% del presupuesto total de una producción se invierte en las ubicaciones seleccionadas.
En conclusión, paulatinamente con el crecimiento del turismo crecen los nuevos nichos de mercado que explorar dentro de él. Se llevan a cabo nuevos recorridos culturales y temáticos. Y, cada vez más, estos recorridos no tienen tanta relación al legado histórico o cultural de los destinos, sino que se inspiran en otros placeres como la literatura, el cine o la música, dando un valor añadido al lugar visitado. Es aquí cuando entra el nuevo producto cultural, el cineturismo
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